Celebración para quinceañeras
Los Quince Años
“Cristo no está detrás de nosotros para ser nuestro pasado. Está delante nuestro para convertirse en nuestra esperanza”.
Justificación:
Brindar un programa con el fin de preparar a las jóvenes adolescentes en su ambiente, ofrecer una oportunidad para adentrar en sí misma y ayudarle a diferenciar sus prioridades, a madurar en su amor con Dios y a que descubra en su alma la vida de la Gracia a la cual ha sido llamada desde su BAUTISMO.
Objetivo:
Despertar en la joven adolescente su compromiso cristiano a partir de su naturaleza bautismal, así como la reconsideración de los valores cristianos.
Pláticas: el primer sábado de cada mes
Horario: 4:30 p.m. las quinceañeras; 5:30 p.m. Papás y padrinos
Lugar: Auditorio Pbro. Rafael Aldrete
Los quince años no es una fecha más en la vida de muchas jovencitas, para algunas de ellas, es todo un acontecimiento cargado de simbolismos sociales y emocionales, y para muchas otras, es la oportunidad de agradecer a Dios por el don maravilloso de la vida.
La celebración de los Quince Años es un “evento” de evangelización dentro de un cumpleaños. No es una celebración sacramental, esta celebración está más allegada a lo que la Iglesia llama “sacramentales”:
– CIC No. 1670: Los Sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia disponen a cooperar con ella.
– CIC No. 1671: Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares).
Con el fin de que la quinceañera, sus familiares y amigos se concienticen sobre la dignidad de la misa de XV años y lograr una participación plena, conciente, activa y fructuosa en esta celebración, la Parroquia ofrece el servicio de catequesis preparatoria para la celebración de los XV años los sábados primero de cada mes, en el siguiente horario:
– Quinceañera: de 4:30 p.m. a 5:30 p.m.
– Papás y padrinos: de 5:30 p.m. a 6:30 p.m.
– La catequesis se imparte en el Auditorio Pbro. Rafael Aldrete.
El contenido de éstas sesiones de Formación ayudará, a la Quinceañera, a centrar su atención en la celebración de los Sacramentos que trae consigo este evento. Además, intentamos ofrecer, a la Quinceañera, una oportunidad para adentrar en sí misma y así distinga sus prioridades, madure en su intimidad con Dios y descubra en su alma la vida de la Gracia a la cual ha sido llamada desde su bautismo.
Quien pide la misa de XV años es porque está consciente del espíritu Cristiano de gratitud a Dios por la vida, la salud, la familia, etc. Suponemos que quienes solicitan la celebración es gente que celebra su fe en la misa de cada domingo y busca la vivencia del evangelio; y si no es así, esta es la ocasión para retomar una actitud de acercamiento a Dios.
La misa no es “un regalo para la quinceañera”, ni “en honor de la quinceañera”; pues a veces algún padrino dice: “le voy a regalar su misa a la quinceañera”. No, porque la misa es el ofrecimiento de Cristo al Padre celestial, y a ese ofrecimiento nos unimos la asamblea celebrante; la quinceañera, como parte de la asamblea, ofrece su juventud, sus penas, alegrías, proyectos, al Padre celestial. Quien recibe el regalo es el Padre celestial. Y la misa no es en honor de “alguien”; sino que todos, como asamblea, rendimos honor, culto a Dios, en los sacramentos.
Por lo tanto la Misa de acción de Gracias por los XV años no debe entenderse como un acto social, en el cual se lucen vestidos y hay competencia económica; sino que debe entenderse como “acción litúrgica de la Iglesia”, a la cual se debe venir con toda disposición espiritual y dignamente vestidos.
La celebración de los XV años no es obligatoria, es una tradición popular de algunas regiones de América. Hay dos opiniones en cuanto su origen: iniciación a la vida adulta en algunas culturas prehispánicas, o el baile de gala que ofrecían las clases altas en Europa para presentar ante la sociedad a su hija lista para la vida de sociedad.
Lo que sí puede ser es que este momento sea una ocasión que se aproveche para acercar a los adolescentes hacia Cristo, en esta etapa de su vida, a veces marcada por la indiferencia religiosa.
– Los papás de la quinceañera deben solicitar, con el mayor tiempo posible de anticipación, la celebración litúrgica en la oficina del templo correspondiente.
– Enseguida se debe hacer lo posible por solicitar el servicio de algún coro, de preferencia de ese templo, para que anime el canto de toda la asamblea en la misa de XV años. También se recomienda solicitar los servicios de algún florista. Tanto el coro como el arreglo floral no deben ser elementos de presunción económica y no corren por cuenta del templo o de la parroquia donde se va a celebrar la misa.
– Es recomendable que los padrinos que llevó la quinceañera en los sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y Eucaristía) sean invitados de modo especial. La tarea principal de estos padrinos no es “pagar la misa”, sino el continuar dándole un buen ejemplo de vida cristiana a la quinceañera.
– Días antes, o por lo menos el día anterior a la celebración de la misa de XV años, la quinceañera, sus papás, demás familiares y padrinos, y sus amistades que asistirán a la Misa de acción de gracias, han de buscar oportunamente el sacramento de la confesión, para que comulguen en la misa.
– El día de la celebración se debe prever la puntualidad; pues comúnmente hay otras celebraciones enseguida, o el sacerdote tiene otras ocupaciones. La impuntualidad lleva a nerviosismo y desajustes de horario. La impuntualidad ocasiona que se haga una celebración apresurada y abreviada.
– Inmediatamente antes de la celebración hay que evitar las golosinas. Apagar los celulares y prevenirse a la celebración con un silencio oportuno.
– A la entrada del templo se recibirá a la quinceañera, sus papás junto a ella, sus padrinos atrás de ellos. Si lleva chambelanes estos ya estarán en las bancas del templo, junto con los demás familiares y amigos.
– Hay que participar escuchando con atención, respondiendo la parte que corresponde a los fieles, participando en los cantos y recibiendo la comunión eucarística si se está preparado. No se ha de platicar, ni utilizar celular dentro del templo.
– Los fotógrafos y videógrafos han de participar en la celebración, han de saberse y sentirse parte de la asamblea. Han de desempeñarse en los lugares y momentos señalados. No han de distraer a nadie, ni a la quinceañera, ni a familiares y amigos, solicitándoles poses o pausando la procesión de entrada para fotografiar.
– Después de la oración de la comunión, o sea antes de la bendición de la misa, se pueden bendecir la medalla, el rosario, u otros regalos religiosos para la quinceañera y entregárseles como signo de envío (ver más abajo: SACRAMENTALES).
Algunas maneras en que la quinceañera puede participar en esta misa:
– Leyendo alguna lectura de la misa. La cual se debe preparar con anticipación. E incluso participando en la oración de los fieles.
– Puede y es recomendable, después de la homilía, renovar las promesas bautismales. Incluso puede llevar, y encender en este momento, la vela del bautismo o de algún otro sacramento de iniciación.
– Puede llevar los dones (procesión de ofrendas), el Pan y el vino.
– Hacer en voz alta, después de la comunión, una oración de acción de gracias.
Los sacramentales no están dentro de la Liturgia de la Iglesia, pero ésta los toma de la vida social común y les da un significado espiritual o moral a fin de que la “Quinceañera” los lleve como un recuerdo para caminar en su vida diaria conforme a las verdades y mandamientos del cristianismo.
a) BIBLIA, cuya lectura ha de ser, para la quinceañera, “espíritu y vida”.
b) CRUCIFIJO O MEDALLA DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA, es el hermoso recuerdo de su evangelización y de su primer compromiso con Cristo Nuestro Señor. Le recuerda la fidelidad que siempre le debe guardar hasta el fin de su vida.
c) ANILLO, siempre le habrá de recordar su compromiso, no solo con Cristo, sino también con la Comunidad Eclesial, con sus padres y con sus deberes patrios.
d) CORONA, representa la pureza de cuerpo y de alma que hoy y siempre deberá llevar a pesar de las graves tentaciones de la vida moderna. Significa el triunfo de su voluntad y de su fe, sobre las solicitaciones del demonio.
e) FLORES, significa la ofrenda alegre y decidida de su pureza, de su consagración a la Santísima Virgen María.
Oración de la quinceañera
Padre Celestial, Te doy gracias por el regalo de la vida, de mis papás, mis profesores y amigos. Por todos los beneficios, ¡Gracias Señor! Mantén en mí un alma generosa para siempre reconocer estos beneficios de tu Paterno Amor. Señor Jesucristo, gracias por el regalo de la fe, que recibí en el bautismo. Ayúdame a acrecentar y robustecer esa fe mediante la recepción de los sacramentos y un estilo de vida centrado en la ley de tus mandamientos. Espíritu Santo, haz de mi cuerpo tu templo, donde Tú habites mediante tus siete sagrados dones. Y así pueda lograr los frutos de la Paz, la justicia y la Caridad. Virgen María, ayúdame a saber imitarte, especialmente como modelo de virtud; dame la sabiduría para conocer y vivir de acuerdo a la voluntad de tu Hijo Jesucristo. AMÉN.
Santa María de los quince años
Santa María de los 15 años, Tú fuiste joven como yo. En este día tan especial para mí, quiero entregarte mi vida, y pedirte que me enseñes a vivir según lo que Dios quiere para mí. Que sepa mirar con ojos solidarios las necesidades de los demás; Que aprenda a amar con generosidad y ternura a todos los que me rodean; que viva atenta a la Palabra de Dios para que esta sea una luz en mi camino. Santa María de los 15 años te confío mi juventud y la de tantas jóvenes como yo que luchan por la vida. Te pido por mis padres, por mis hermanos, hermanas, padrinos, amigos y amigas que me acompañan hoy. A todos dales tu bendición y tu cariño. Santa María de los 15 años acompáñame en mi vida para que Tú me enseñes el camino a Jesús. Amén.
Gracias Señor
Tiene hoy mi Corazón una oración para el Señor,
siente mi alma una canción para dar gracias a Dios.
Quinceañera, tierna flor que se abre en la primavera
bello himno de gratitud que se escucha por vez primera.
Quinceañera, que consagras este instante
y la vida entera a la presencia de Dios Gracias Señor.
Quinceañera, tierna flor que se abre en primavera
bello himno de gratitud que se escucha por vez primera
Quinceañera, que consagras este instante
y la vida entera a la presencia de Dios
Gracias Señor, Gracias Señor.
Liturgia de la Palabra
En la Liturgia de la Palabra, de conformidad con las rúbricas, pueden tomarse las lecturas, o bien del Leccionario para ese día sobre todo si es domingo, o bien de la Misa para Dar Gracias a Dios, según el Leccionario de las Misas por diversas necesidades.
Lecturas sugeridas:
Primera lectura:
Eclesiastés 11:7-9, y 12:1-2. Juventud y Temor a Dios.
Judit 13: 18-20 : Judit, mujer valiente.
Isaías 7:10-14: La virgen dará a luz.
Jeremías 1: 4-10: Jeremías llamado por Dios.
1 Reyes 8, 55–61 (n. 54) ¡Bendito sea el Señor, que ha concedido la paz a su pueblo!
Eclesiástico (Sirácide) 50, 24-26 (n. 105) El Señor ha hecho maravillas en toda la tierra.
Isaías 63, 7-9 (n. 141) Voy a recordar los muchos beneficios que ha concedido el Señor a su pueblo de Israel.
Sofonías 3, 14-15 (n. 180) Israel, el Señor será tu rey.
Salmo (o canto):
Crónicas 29 (n. 920) R. Te alabamos, Señor y Dios nuestro.
Salmo 144 Qué es el hijo del hombre para que fijes en él?
Salmo 123 Salmo de esperanza.
Salmo 121 Dios no te faltará.
Salmo 116 Dios nuestro refugio.
Salmo 112 (n. 867) R. Bendito sea el Señor ahora y para siempre.
Salmo 137 (n. 904) R. Te daré, Señor, las gracias por tu fidelidad y por tu amor.
Salmo 144 (n. 911) R. Bendeciré al Señor eternamente.
Segunda lectura:
Gálatas 4: 4-7. Somos los hijos e hijas del mismo Padre.
Gálatas 3: 27-29. NO hay diferencia entre griego y judío, hombre y mujer.
Efesios 1: 3-6. En Cristo, Dios nos eligió desde antes de la creación.
1 Juan 4: 7-11. Dios nos amó primero.
1 Corintios 1, 3-9 (n. 517) No dejo de agradecer a mi Dios la gracia divina que les ha concedido.
2 Efesios 1, 3-14 (n. 579) Para que alabemos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido.
3 Colosenses 3, 12-17. (n. 611)
Evangelio:
– Aclamación antes del Evangelio (Judit 13:18):
R. Aleluya, aleluya.- Hija mía, que Dios altísimo te bendiga más que a todas las mujeres
de la tierra. R. Aleluya, Aleluya.
† Lectura del santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san…
Lucas 1:26-38. La anunciación.
Lucas 1: 46-55. El magníficat.
Mateo 25:1-13. Parábola de las diez jóvenes.
Lucas 10: 38-42. María y Marta.
Mateo 7, 7-11 (n. 203) Todo el que pide, recibe.
Mateo 11, 25-30 (n. 221) Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla.
Marcos 5, 18-20 (n. 268) Cuéntales lo misericordioso que ha sido Dios contigo.
Lucas 1, 39-56 (n. 297) Mi alma glorifica al Señor.
Lucas 10, 17-24 (n. 327) Alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo.
Lucas 17, 11-19 (n. 342) Se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias.
Juan 15, 9-17 (n. 409) Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros.
Juan 16, 20-22 (n. 417) Nadie podrá quitarles su alegría.